De cara al período 2014-2020, la Unión Europea ha diseñado una Política de Desarrollo Rural concebida como un segundo pilar de la Política Agrícola Común, complementaria a su vez al resto de políticas de la Unión, de forma que la coordinación y coherencia entre todas ellas contribuyan a alcanzar desde todos los niveles los objetivos recogidos en la Comunicación de la Comisión Europea 2020: una estrategia para un Crecimiento Inteligente, Sostenible e Integrador.
Como novedad en este nuevo período 2014-2020 y a partir de la experiencia de LEADER, los Estados Miembros tienen la posibilidad de utilizar la opción del Desarrollo Local Participativo a nivel subregional y local. Este nuevo enfoque facilita la aplicación de intervenciones pluridimensionales e intersectoriales, mediante la aplicación de Estrategias de Desarrollo Local integradas y participativas, financiadas por diferentes fondos europeos e impulsadas por los Grupos de Acción Local.
Entre los temas más importantes que se van a considerar en las Jornadas Técnicas organizadas por RADR en Belchite y en la Asamblea General, los días 27 y 28 de junio, la REDR quiere destacar algunas líneas generales de acción y discusión y poner sobre la mesa una hoja de ruta que permita la progresiva y eficiente implementación de estas políticas integrales y el diálogo entre las diferentes partes implicadas.
Entre estas medidas a discutir se encuentra, en primer lugar, la necesidad de una participación efectiva de los Grupos de Desarrollo Rural en el diseño y elaboración del Acuerdo de Asociación. De acuerdo a lo propuesto por la Comisión, FEADER estará incluido en un solo paquete legislativo, denominado Marco Estratégico Común (MEC) junto con el resto de fondos estructurales (FEDER, FSE, FC y FEMP). Desde la REDR se apuesta por un apoyo al desarrollo local liderado por el propio territorio y a la autonomía financiera de los grupos de acción local mediante el refuerzo de la gobernanza multinivel y a través de una financiación múltiple, que permitiría a los Grupos de Desarrollo Rural contar con herramientas diferentes del FEADER. Por tanto, LEADER debería de implementar acciones con fondos procedentes de otras políticas (cohesión, desarrollo regional, medio ambiente, etc.).
Entre los objetivos perseguidos, cabe destacar la defensa de una importante dotación presupuestaria, que facilite una política transversal y territorial, no sectorial, lo que permitiría alcanzar los objetivos de la Unión Europea establecidos en la estrategia Europa 2020. Flexibilizar y simplificar los mecanismos de gestión administrativa y financiera, reforzar el impacto de las inversiones, simplificando y armonizando las normas de los fondos, unidos a una mayor claridad en la metodología LEADER, se encuentran entre otros de los objetivos que la REDR se marca para este nuevo período.
Otras líneas de acción van encaminadas a una revalorización del territorio rural, y un funcionamiento más eficiente de las redes locales. Para ello, la Red apuesta por favorecer la consolidación y el reforzamiento de las redes de desarrollo rural nacionales, transnacionales y regionales de grupos de acción local, que permitan explotar al máximo las sinergias entre experiencias locales, el mantenimiento y ampliación de la base económica del medio rural y que mejoren el nivel de vida de la población del medio rural. La REDR quiere manifestar su posición claramente contraria a la desaparición de servicios públicos esenciales para la supervivencia del medio rural por coyunturas económicas y financieras: salud, servicios sociales, educación, transportes, etc., así como las políticas destinadas a reducción de municipios, número de concejales, entidades locales menores, mancomunidades... que sólo pretenden, bajo los signos de la austeridad, discriminar a los territorios rurales mas desfavorecidos.
Además, entre otras medidas, la REDR entiende que las políticas de desarrollo rural deben ir encaminadas a conservar y recuperar el patrimonio y los recursos naturales y culturales, promocionar los sectores emergentes en la economía rural, valorizar y aprovechar el capital del territorio y apoyar a los emprendedores con el objeto de fomentar el empleo en las zonas rurales. Para conseguir revitalizar el mundo rural e impulsar su desarrollo, es necesario también ayudar a fomentar la competitividad y la cooperación de los sectores económicos actuantes en el medio rural, a través de medidas que favorezcan la igualdad entre mujeres y hombres en los territorios rurales, y potenciar el empleo juvenil en las zonas rurales, todo ello sin olvidarse de apostar por el Desarrollo Rural en términos de sostenibilidad. Entre otras cosas, estas medidas contribuirían a la visibilidad y valorización del medio rural de cara al conjunto de la sociedad.
Por último, entre las formas de actuación impulsadas por la REDR se encuentran las de estimular un Programa Comunitario de I+D+i específico para los territorios rurales -con énfasis en la formación y en la transferencia de tecnología-, un apoyo total a los Municipios Rurales como espacios de soporte a las personas, una consideración cualificada hacia realidades rurales especialmente vulnerables y una discriminación fiscal positiva hacia los pequeños municipios rurales. Esta modernización y atención especial a las realidades rurales también ayudará a garantizar la conexión rural-urbana, imprescindible para que estas medidas integrales puedan surtir efecto.
Por todo ello, creemos que el desarrollo rural debe seguir jugando en el próximo periodo de programación un papel esencial en la competitividad de la agricultura, la gestión sostenible de recursos, la diversificación económica y el desarrollo territorial equilibrado, potenciando este último las capacidades locales, mediante el enfoque participativo, con el objetivo fundamental de mejorar las condiciones de vida del mundo rural.
Fuente: Comunicación REDR