La mayor parte del territorio andaluz es rural. En Andalucía el 54,9% de la población reside y vive en alguno de los 700 municipios rurales de nuestra Comunidad Autónoma siendo el 49,8% de la población rural mujeres y el 45,62 % jóvenes (menores de 35 años). Su gran extensión y privilegiada ubicación geográfica condiciona y sirve de explicación de la gran diversidad de caracteres físicos y naturales que alberga poseyendo una importante riqueza y variedad en recursos naturales, ya que prácticamente el 20% de su territorio se encuentra amparado por alguna figura de protección ambiental, lo que hace Andalucía que sea la Comunidad Autónoma con mayor extensión de espacios protegidos de España llegando a alcanzar, aproximadamente el 36% de la superficie protegida nacional.
El potencial del mundo rural es enorme. De hecho, atesora buena parte de los recursos que sustentan el Producto Interior Bruto (PIB) de la región, unos recursos que se convierten en factores estratégicos para una desarrollo futuro en el cual la seguridad alimentaria, las mejoras ambientales, el turismo de interior en sus distintas vertientes, la artesanía y las energías limpias son elementos imprescindibles. Este espacio es, además, el depositario de la mayor parte del patrimonio cultural y artístico. La importancia de los territorios rurales es tal que el 54% del empleo que se crea hoy en Europa se genera en el medio rural, en líneas de empleabilidad que compatibilizan la actividad agroalimentaria, la innovación emprendedora, los servicios a la población y el llamado empleo verde.
La transformación del mundo rural experimentada en las últimas dos décadas y la generación de nuevas e innovadoras dinámicas en él no serían explicables sin la implicación y el compromiso de las instituciones y la sociedad civil, presentes en los Grupos de Desarrollo Rural (GDR), entidades que representan a todo el tejido socio económico, profesional y empresarial de los territorios. Nuestra Comunidad Autónoma se ha dotado de los mejores instrumentos, los Grupos de Desarrollo Rural que, apoyados en la Asociación para el Desarrollo Rural de Andalucía (ARA), comenzaron a funcionar en los 90 como herramientas clave de la Administración autonómica para abanderar el desarrollo y progreso de nuestros pueblos.
Los GDR, con los que el Gobierno andaluz lleva colaborando ya muchos años, ejercen de forma ejemplar la misión de coordinar y representar el tejido socio cultural, profesional y económico de los territorios rurales. En las asambleas de los GDR están representados 788 entidades públicas (Ayuntamientos, Mancomunidades), 2.176 empresas –entre sociedades mercantiles y autónomos- 234 cooperativas, 477 asociaciones empresariales, 328 asociaciones de mujeres, 140 de jóvenes, 463 asociaciones y fundaciones de diversa naturaleza, 194 sindicatos y organizaciones agrarias, 26 entidades docentes, 93 entidades financieras y 906 colectivos y personas físicas, entre otros.
Además de su carácter representativo, los GDR dinamizan la economía de los territorios rurales. Impulsan iniciativas que redundan en la mejora de la calidad de vida de las zonas rurales, en la diversificación de las actividades económicas, en la puesta en valor de los recursos endógenos y, en definitiva, en el desarrollo sostenible del medio rural. En este tiempo, más de 23.000 proyectos han permitido la creación de más de 1.300 empresas y más de 40.000 puestos de trabajo estables y de calidad.
Este esfuerzo emprendedor es fundamental para afrontar la difícil crisis que atravesamos. De ahí la necesidad de seguir apostando por la democracia participativa en el desarrollo de estas políticas, utilizando la metodología LEADER con las que Europa impulsó el nuevo concepto de gobernanza y en la que Andalucía se ha convertido en líder al consolidar un modelo de participación y cogestión de los programas de desarrollo rural (ciudadanos/as, empresas y administraciones compartiendo responsabilidades en los territorios para aplicar políticas de desarrollo).
Nuestro Estatuto de Autonomía reconoce, por primera vez en su articulado, la importancia estratégica de las políticas de desarrollo rural y las considera esenciales para la vertebración de Andalucía. Así, el artículo 202 recoge que "los poderes públicos de Andalucía, con el objetivo común de fijar la población del mundo rural y de mejorar su calidad de vida, promoverán estrategias integrales de desarrollo rural, dirigidas a constituir las bases necesarias para propiciar un desarrollo sostenible".
En el actual contexto de crisis económica, es necesario la defensa del estatuto de Autonomía con un modelo territorial que compatibilice la diversidad con la igualdad en derechos. Para ello la creación de empleo, la preservación del medio rural y las políticas de juventud y género deben ser los ejes prioritarios sobre los que pivotar la salida de crisis. En concreto, hacen falta políticas de estímulo al medio rural puesto que aún existen necesidades importantes que atender a la vez que demanda de empleo en sectores como la Ley de la Dependencia, los servicios de proximidad, la industria agroalimentaria y la transformación y comercialización de productos agrarios con posibilidades de negocio frente a las grandes redes de comercialización.
Reivindicamos la necesidad de que los territorios rurales sigan contando con políticas de apoyo al medio rural porque crean riqueza y empleo en un momento en que éste es una prioridad. El medio rural supone un nuevo modelo de desarrollo económico sostenible y duradero con importantes retos y oportunidades como la lucha contra el cambio climático, la conservación de la biodiversidad, la gestión de la calidad del agua, el aprovechamiento óptimo de las fuentes de energía renovables, entre otros.
En este sentido debemos trabajar por recuperar la confianza y generar nuevas oportunidades en defensa del medio rural, de una política agraria que permita que la agricultura sea rentable y que la comercialización de sus productos devuelva rentas al territorio. Debemos seguir trabajando en lograr revitalizar nuestro medio rural a través de un desarrollo sostenible igualitario y duradero, y la única manera de conseguirlo será teniendo muy en cuenta como hasta ahora, a los habitantes de los territorios rurales. Difícilmente se podrá conseguir un verdadero desarrollo si no incluimos a la población que lo habita.
Red Andaluz de Desarrollo Rural (ARA)